Director: Robert J. Flaherty
Duración: 1 hora 20 minutos
Durante 90 minutos el precursor Flaherty es capaz de seducir al espectador con imágenes cargadas de profundidad narradas en medio de parajes inmensamente blancos y que, sin duda alguna, resultarían un tanto surrealistas para la próspera sociedad de los felices años 20.
Narrado con un estilo sencillo, acompañado de música melódica y de créditos que van explicando las acciones de los protagonistas, nos encontramos con la esencia y la magia del verdadero cine mudo. Para filmarlo, Flaherty convivió durante casi dos años con esta atípica familia alejada de los cimientos de la llamada "civilización".
Las imágenes adquieren un tono poético, pero no por ello se elimina su carga de dureza ante una existencia al límite que pone a prueba al ser humano.

Flaherty se inició como explorador independiente en 1910, buscando yacimientos en la Bahía Hudson por encargo de William Mackenzie, un constructor de ferrocarriles canadiense. En 1913 ese mismo hombre fue quien, en un alarde de intuición, sugirió a Flaherty que llevará una cámara a su tercera expedición. Poco a poco, el objetivo inicial de sus excursiones pasó a segundo plano, a la par que aumentaba su interés por filmar la vida de la tribu de esquimales.
En 1916 Flaherty se encontraba en Toronto editando la película cuando un chispazo consumió los negativos disponibles, dejando intacta la única copia existente. A Flaherty no le gustaba del todo la composición de su película, hecha de retazos sueltos generales y si un hilo argumental. Es entonces cuando decidió embarcarse en una nueva aventura. De esta forma, una travesía de dos meses le llevó hasta Port Harrison, campamento subártico en la costa noroeste de la Bahía Hudson. Durante el rodaje, la motivación y el interés de Flaherty consistieron en captar la esencia de la vida de los esquimales así como sus costumbres y tradiciones.
Nanook el esquimal sigue un orden narrativo cronológico lineal y no cuestiona nada, sólo muestra unos hechos, una vida que existe en un lugar del planeta un tanto diferente a nuestra sociedad. Son muchos los que señalan que algunas de las escenas fueron preparadas al igual que sucedió en el genial documental de Luis Buñuel Las Hurdes, tierra sin pan. Es el caso de la escena del iglú (este se encontraba partido por la mitad y preparado para facilitar el rodaje del mismo) y otra donde se muestra la pesca del pez bajo el hielo (se dice que el pez ya estaba muerto y se colocó para representar la acción). También varios estudiosos comentan que Nyla, la supuesta esposa de Nanook, era en realidad la amante de Flaherty. Aunque así fuera, estoy plenamente convencida que la realidad supera la ficción y que, por tanto, Flaherty se limitó a mostrarnos la realidad, aunque ésta estuviese de algún modo pactada.
Aunque en ocasiones resulta un tanto pesado de contemplar (por la lentitud de las acciones) nos hallamos ante un film que merece la pena ser visto por su gran valor histórico, etnográfico y antropológico. Sin guión alguno y tan solo con las notas de su bloc, Robert Flaherty nos deja un documento para la posteridad. Tanto es así que se dice que Nanook el esquimal es el Ciudadano Kane del cine documental. De esta forma, Flaherty se forjó merecidamente el apodo "padre del documental". Según sus propias palabras, su intención fue "mostrar el antiguo carácter majestuoso de estas personas mientras ello aún fuera posible, antes de que el hombre blanco destruyera no sólo su cultura, sino también el pueblo mismo"
